Lo de estos tíos no tiene nombre, es increíble el estado de gracia en que los alemanes se encuentran desde su regreso en el 2010 con el americano Mark Tornillo a la voz. Blind Rage coloca y afianza, de nuevo, al grupo en el olimpo del género, algo ganado y merecido muy justamente. Blind Rage es un 3 de 3 sin manipulación, siguiendo la veda abierta por Blood of Nations y muy bien seguida en el 2012 con Stalingrad. Quizás, eso sí, en este nuevo lanzamiento encontramos un punto más de melodía en las composiciones, algo que hace que el disco se diferencie lo justo con los anteriormente editado, distintivo que no na hace más que agrandar el nombre de Accept.
Por tercera vez (y es algo que no debería cambiar jamás) el punto fuerte de un nuevo lanzamiento de los germanos reside en el buen puñado de canciones, perdón, de CANCIONES (en mayúscula) que han confeccionado tejiendo un disco de un nivel altísimo. Hay están el nexo de unión y primer single Stampede, o ese himno que a partir del segundo cero pasa a convertirse en un clásico como es The Dark Side of My Heart (fijo que será el segundo single). Hay más, mucho más, la banda hará que te desgañites cantando el estribillo de 200 Years, o que tu cabeza no pueda para de moverse al ritmo de Dying Breed.
Poco más que decir, porque me empiezo a quedar sin halagos para lo que es uno de los regresos más sonados de la última década. Ah bueno, recordad que a final de año están de gira por el país, si hay algo mejor que sus discos en estudio es su terminal directo, eso ni lo dudéis, hablamos de quizás la mejor banda de Metal Clásico sobre un escenario y si creéis que exagero sólo tenéis que aisistir a alguna de sus actuaciones.
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