No podía ser de otra manera, era algo que sabíamos iba a suceder, y no por eso uno deja de sorprenderse, y es que el nivel como músicos que Flying Colors tienen se ve elevado al cubo en directo. La noche de ayer no era una noche de virtuosismo explícito, para nada, sencillamente era poner a disposición del buen gusto y la melodía los niveles de excelencia de unos músicos más que consagrados. De eso trata Flying Colors, y en directo esa sensación es todavía mayor. Repasaron sus dos únicos discos de estudio más una versión de Alpha Rev con un total de hora y cuarenta minutos, y aunque seguramente todos en la sala hubiéramos firmado tres horas de show, el concepto que ellos quieren dar a esta comunión de músicos no es la misma que una noche de prog masters, y eso en cierta medida también se agradece, como con esta crítica.
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