Lo de ayer fue para Mägo de Oz una prueba de fuego para valorar el verdadero seguimiento que tiene a estas alturas la banda, y digo esto por dos factores de peso: Fiestas de La Mercè con toda la ciudad a tope de conciertos gratuítos y entrada del concierto considerablemente cara (casi 30 euros). ¿Resultado? depende como se mire. El Club St. Jordi quedó lejos del lleno, yo diría que se situó al 50% de asistencia, pero claro, valiente aquel que llene un recinto como este de 3000 personas de capacidad en estos tiempos en esta ciudad.
Desde 1998 y mi primer concierto de la banda en la Sala Mephisto presentando La Leyenda de la Mancha habré visto a Mägo de Oz más de una veintena de veces y exceptuando aquella gira posterior a Gaia 2 donde hicieron un circuito de salas reducidas tocando material antiguo para desquitarse de tanta parafernalia esta banda siempre ha intentado cuidar sus directos en cuanto a lo estético. Los varios DVD's que podéis encontrar en el mercado sirven de ejemplo. Digo esto porque me sorprendió muchísimo que ayer, en la presentación de Gaia 3 no llevasen absolutamente NADA, ni siquiera un juego de luces algo decente. Telón negro de fondo, batería de la gira de Gaia 2 y listos, a tocar. Sorprende sabiendo cuanto gustan, sobretodo Txus, de liarla con superproducciones con atrezzo inspirado en la temática de cada disco. Ni siquiera apareció Polla Dura. Lástima.
Esto que comento no es ni negativo ni positivo, es una opción que simplemente sorprende hablando de quien hablamos. Lo que si considero algo negativo fue el tiempo que se plantaron en el escenario, apenas 1h 45min. Más siendo el último concierto de la gira como Jose repitió hasta la saciedad.
Sobre el setlist no se les puede criticar, obviamente faltaron clásicos y novedades importantes, pero Mägo de Oz en ese aspecto siempre van variando y a cada gira cambian bastante muchas canciones, así que depende de cuando los veas. En esta ocasión obviaron por completo Jesús de Chamberí (¡sacrilegio!) y La Ciudad de los Arboles y tan sólo rescataron de su debut El Hijo del Blues. De su venerado disco La Leyenda de la Mancha cayó el indispensable Molinos de viento y de su obra culmen, Finisterra, tocaron Satania, Hasta que el cuerpo aguante, El que quiera entender que entienda y Fiesta Pagana. Agradecí verdaderamente el tema Gaia y su single La Costa del Silencio de la primera parte de la trilogía, como también maldecí que de Gaia 2 cayera La Posada de los Muertos, siendo de lejos su peor single hasta la fecha.
De su última obra representaron, las dos primeras pistas de disco (obviando la intro), la mediana balada Siempre y su segundo sencillo Vodka'n' Roll, un tema que podían haber escrito hace diez años tranquilamente.
La banda en sí pues como siempre, al que noté una mejoría con respecto a la anterior gira fue a José, el cual anduvo bastante fino, y también fue una sorpresa el nuevo flautista Josema, que sin el carisma de Ponce de León, lo ví bastante integrado en la banda. En fin, problemas de sonido iniciales aparte, el grupó sonó decente e hizo una buena actuación, en su línea. Por suerte el discurso pelotero de Txus no duró demasiado (es una especie de DiMaio a la andaluza lo suyo) y se dedicaron a lo que han de hacer: tocar.
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