miércoles, 14 de julio de 2010

MORCHEEBA Sala Apolo 13/07/2010

Difícilmente podía haber cerrado mejor la temporada de conciertos de la primera mitad del 2010. Los británicos Morcheeba presentaban ayer su último disco, Blood Like Lemonade, en una Apolo a rebosar que colgó el cartel de Sold Out días antes. Sorprendente teniendo en cuenta que su anterior visita (sin la dulce Skye en el seno de la banda) no tuvo mucho público en la ya desaparecida Carpa Movistar de la Diagonal. Y es que el regreso de Skye a la banda pone las cosas en su sitio, y aún facturando los hermanos Godfrey dos discos con canciones al nivel de los mejores clásicos de la banda, la poca uniformidad tanto de The Antidote como Dive Deep hicieron que el bajón de popularidad fuera, como mínimo, notable, y no es que a Skye en solitario le haya ido mejor, por eso decía que las cosas, al final, no han hecho más que quedarse como nunca debieron deshacerse.

El show, de hora y media de duración, nos dejó a la mayoría con ganas de mucho más, y es que una discografía como la suya y unos seguidores tan apasionados merecen que las actuaciones de los ingleses sean más longevos, y este sería el punto más negativo de lo que se le puede reprochar a la banda. Por lo de más estuvieron excepcionales, aún con más de un problema técnico de sonido con la guitarra. Lo de Skye, su personalidad, es admirable, la acabas queriendo, sin conocerla de nada sabes por su simpatía y sus bromas que una noche de juerga con ella asegura mucha diversión, y el feeling que tiene con la banda es sensacional, y es que ahí es donde reside el secreto de sus canciones, en lo positivo de su carácter, en su embriagadora voz que sin ser nada del otro mundo transmite lo que requiere: igual te dejas llevar por la hipnótica Slow Down que es imposible dejar de mover tu cuerpo con Be Yourself.

Morcheeba dejaron bonitas anécdotas ayer, no pararon de repetir lo a gusto que se sienten en Barcelona desde siempre (y de verdad uno se lo cree), bromearon el alcohol, la marihuana, la ropa de Skye... todo en un tono festivo y de relax típico de la estación de verano. El final del show quizás se descontroló un poco cuando Skye invitó a alguna gente del público a subir al escenario y de repente se encontró con tanta gente que no sé si por miedo o que se fue pitando sin decir adiós.

En fin, una vez más Morcheeba nos demuestra que en esto de la música y como nunca me cansaré de decir, lo importante es la química entre la banda y sus canciones, y tanto de una como de la otra estos ingleses van sobrados.

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