Pues ya estamos por aquí, después de pasar cuatro, casi cinco, fantásticos días en Roma, la que un día fue Capital del Mundo. Como todas las grandes ciudades tiene su cosas buenas y su cosas malas, entre las últimas destacar la suciedad y la gran cantidad de indigentes que hay, aunque ya iba avisado de esto último no me dejó de sorprender. Entre las buenas sería absurdo negar la riqueza cultural de cada rincón de Roma.
Oficialmente ya se han acabado las vacaciones hasta el año que viene, aunque veremos si podemos hacer otra escapada antes de que llegue el 2010.
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