sábado, 20 de febrero de 2010

Gamma Ray Sala Apolo 14/02/10 (BCN)


Ir a un concierto de Gamma Ray se ha convertido ya casi en un ritual donde siempre nos encontramos básicamente la misma gente, y aún a día de hoy donde la fiebre de Power Metal de finales de los 90 queda lejos, da mucha satisfacción ver como Kai Hansen & Company siguen atrayendo a bastante gente, aunque lejos queden esos llenazos en Razz 1.

Esta vez Gamma Ray venían a presentar To The Metal (2010) acompañados de los italizanos Secret Sphere y los también germanos Freedom Call:

Freedom Call: a los italianos Secret Sphere no les pude ver por cuestión de horarios así que paso directamente a comentar el concierto que lidera Chris Bay. Me perdí los primeros temas debido a que sin avisar adelantaron las actuaciones y llegué cuando finalizaba uno de los mejores cortes de su nuevo disco. Así que Babylon fue la primera canción con la que me deleite. Gozaron de un sonido sorprendentemente bueno y canciones nuevas como la ya citada o The Darkness estuvieron a la altura de los clásicos de la banda. Esta vez Zimmermann no estuvo en las baquetas y fue substituído por Klaus, el que fuera primer batería de Primal Fear allá por 1998. Cerraron con el himno que lleva el nombre del grupo y fueron despedidos con júbilo tras una actuación realmente buena.

Gamma Ray: Según me he enterado después responsablse de la Sala Apolo no dejaron que la banda se alargase con los bis, y ese fue el único punto negativo de su show, que fue corto, y eso nos extrañó a todos, ya que la conexión de los alemanes con Barcelona siempre ha sido de lo mejor y fue muy raro que no terminasen con ningún tema de Helloween. Pero la verdad que no se les puede reprochar mucho más, hombre se hechó de menos que no tocasen ninguna canción de su mejor disco Somewhere Out in Space (alucinante decisión). Empezaron con una buenísima Empathy, corte que abre su nuevo disco y que me parece de lo mejor que han compuesto en años ya partir de ahí nos dejaron a todos en nuestro sitio con un setlist casi inmejorable. Puntos álgidos hubo tres: Armaggedon hizo que la sala casi cayera; Abyss of the Void (canción que juraría no tocan desde 1998) fue literalmente ALUCINANTE; y la siempre infalible Rebellion in Dreamland que puso a todo el público a cantar sin parar. Sólo estas tres canciones ya valían el precio de la entrada.
New World Order y Send me a Sign cerraron la velada con un Hansen sin guitarra (problemas técnicos) y una sala con hambre de mucho más, pero bueno al tito se le perdona todo y ya estamos mirando el calendario para la próxima visita donde allí estaremos de nuevo.

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