Los irlandeses cerraron ayer en Barcelona la gira europea que presentaba su gran último disco Age of the Fifth Sun, y la verdad, en general supongo que la mayoría de gente, como yo, se quedo con ganas de más, y es que aún con una propuesta 100% instrumental es sorprendente lo ligero que fue el show y lo rápida que se pasó esa hora y diez sin parar de concierto.
Que Torsten Kinsella es sin ninguna duda el líder y guía de la banda queda fuera de toda duda cuando los ves en directo, su guitarra manda en todos los temas y sorprende la fuerza que las composiciones adquieren en vivo, son mucho más cañeros de lo que puedan parecer en sus discos, controlan la mar de bien la intensidad y el ritmo de sus pasajes, y suenan mucho menos atmosféricos de lo que, al menos yo, creía que iba a presenciar.
No obstante hubo un par de cosas que no me gustaron y que ya comenté cuando hablé de la última gira de Orphaned Land y son las grabaciones en directo. Punto muy negativo el que no llevasen a un teclista para la cantidad de grabaciones que llevan. No sé si será un tema económico (seguramente) pero eso les resta algo muy sufrido en este tipo de bandas underground: credibilidad.
Tampoco me convenció Lloyd Hanney (batería), ya no sólo porque su disposición en el escenario le aparta de tener una buena conexión con el resto, sino porque lo ví muy justito para lo que God is an Astronaut debería requerir, y el colmo es cuando incluso samplean percusiones y baterías (¿¿¿???), en fin... suerte que las canciones lo arreglaron todo e incluso no importaban estos dos "míseros" detalles, y es que consiguen que te sumerjas en su música de una manera casi pasional. Forever Lost fue seguramente lo mejor de la noche y Worlds in Collision, como esperaba, superó las expectativas, a partir de ya una canción que no podrá faltar en sus repertorios, como lo es Fragile.
Nos vemos en el 2012 de nuevo, como llegó a decir Torsten hasta cuatro veces, demasiado planeado todo.
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