
Es más, leyendo las críticas en diferentes medios, temía que hubiesen bajado el listón compositivo y me daba miedo encarar un disco sin chispa, porque lo mejor que hay en este mundo es poder pinchar un buen disco de Rock con temas que le hagan a uno volar, pero por otro lado no hay nada más tedioso y vomitivo que escuchar un álbum sin inspiración alguna. Por suerte No Guts No Glory es un perfecto ejemplo de lo primero, y servidor está contentísimo.
Desde que empezaron a gozar de fama con su aclamado disco debut Runnin' Wild a los australianos Airbourne se les ha colgado la injusta etiqueta de sobrevalorados, algo que no me parece bien, más habiéndoles visto en directo y comprobando como pueden hacer arder a una sala con su directo. Este segundo disco no creo que cambie la opinión de sus detractores sino que me estoy viendo un refuerzo de ambos extremos, por un lado los que no paramos de gzar con sus temas ahora tenemos un argumento más de peso para debatir, y mientras la banda no hace otra cosa que tocar en salas más grandes y con más audiencia sus detractores refuerzan dicha sobrevaloración.
Yo lo tengo claro, si he de elegir, elijo ROCK, elijo AIRBOURNE ¿y tú?
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