El rumbo que estos ingleses han tomado a lo largo de su corta pero intensa carrera discográfica es sorprendente. Recuerdo cuando escuché su LP The Dark Third que sin impresionarme me dejó un fantástico sabor de boca. Con mucha influencia de Pink Floyd en sus canciones enseguida se les metió en el saco de toda la generación Prog Rock abanderada por el sello alemán InsideOut. Poco después los vi de teloneros de Porcupine Tree en un llenazo que hicieron en la Sala Apolo de Barcelona y quedarme extrañado. Más que nada porque la propuesta musical de aquel día me impactó, con tintes muy electrónicos, casi Trance. Me deshubicaron, parecía otra banda la que yo había escuchado en casa, de hecho hubo algún momento que pensé que debía estar viendo a otro grupo, pero no.
Tiempo después cuando lanzaron Amor Vincit Omnia (el año pasado) y lo entendí todo: la banda había radicalizado su sonido más electrónico y poco o nada tenían que ver con los inicios. Su nuevo disco Hammer & Anvil (2010) viene a confirmar por donde han decidido tirar, aunque supongo que les habrá supuesto perder una buena cantidad de fans de los inicios, aunque por otro lado habrán ganado muchos otros. Siguen con esas melodías de antes, tan inspiradas, pero ahora trabajan las harmonías mucho mejor, han aprendido a lidiar con dos líneas de voz, la de Jon Courtney y Chloe Alper, y francamente si los resultados en su disco del 2009 ya fueron buenos, en este 2010 han perfeccionado salvajemente su estilo. Sus sintetizadores junto a las voces son sus sellos, y aunque siga habiendo guitarras estas están orientadas hacia acompañamientos restándoles mucho protagonismo.
A mí este giro que han dado me gusta y sirve para evadirme de tanto Rock y Metal, el cual inunda mi vida gracias a Dios, pero a veces uno necesita explorar otros sonidos para desconectar y la fórmula que Pure Reason Revolution me ofrecen es cuasi perfecta. Pegadle una oreja:
No hay comentarios:
Publicar un comentario