Como comenté en la entrada de ayer llevo unos días escuchando práctica y exclusivamente las bandas que tocarán en el Sonisphere de este sábado, la verdad que pocas veces he estado tan motivado para un festival, y es algo que realmente me alegra, saber que la música sigue viva dentro de mi como el primer día.
Hoy por eso me he tomado un descanso, he hecho un paréntesis, y llevo todo el día deleitándome con Lucinda Williams, uno de los grandes descubrimientos musicales del último año ¿o quizás fueron dos? no sé, para el caso es lo mismo. He empezado el día con quizás mi disco favorito de cuantos he escuchado, el fántástico directo del Fillmore, el cual me avergüenza decir que no tengo original, pero tengo una excusa, y es que es realmente difícil ver la edición triple vinilo y me jode no poder encontrarla, me fastidia muchísimo, pero al final estoy viendo que tendré que ceder y al menos por ahora comprar la versión 2CD. No obstante el disco, gracias a un colega, lo escucho en tres partes, como el vinilo, y hoy le he dado cera al tercer disco.
Es increíble las sensaciones que me produce la voz de esta mujer, su voz, pero más sus maneras, transmite perfectamente su estado de ánimo, adoro cuando canta en plan chulesco, escupiendo la letra de Changed the locks, imprimiendo una mala leche sin igual. Pura poesía callejera, ni el Robe de Extremoduro oiga (menuda comparación para algunos eh!)
En fin, que tengo unas ganas tremendas de verla en directo en la Sala Apolo el próximop día 20 de Julio, una noche que estoy seguro quedará para el recuerdo.
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